La Chispa: una casa cultural en el medio de una barrio histórico de Medellín

Entrevista realizada por Pierre Morales

 


La Chispa es una casa cultural ubicada en Prado Centro, barrio histórico de la ciudad de Medellín. Tiene una historia muy particular porque sufrió muchos cambios a lo largo de la historia. A partir de 1926, se construyeron mansiones de lujos para industriales de la ciudad y era el barrio más rico de Medellín. En los años 1970 y la construcción de la avenida Oriental (Avenida principal del centro de Medellín) junto al crecimiento poblacional, Prado Centro está ahora ubicado en una zona más popular pero tiene la particularidad de ser una zona protegida por su estilo arquitectónico.

« La casa en sí, llama la atención, es de patrimonio arquitectónico de la ciudad y del barrio y Prado-centro es donde nació toda la ciudad de Medellín »

🔴 ¿Cómo surgió la idea de crear la casa cultural la Chispa?

La Chispa viene del movimiento social, cultural local, pero de muchas maneras. Las personas que realmente empezaron la fundación pensaron en líneas transversales que son: arte para la transformación social, paz y resolución de conflictos y la relación campo-ciudad y agroecología. En varios colectivos del movimiento, las personas iban trabajando en estos ejes hace muchos años atrás. La chispa era un espacio de encuentro para el mismo movimiento, para estar hablando de estas líneas y también era la sede principal en el centro de Medellín. Realmente, la idea es tener un espacio de encuentro donde se puede estar dando estos diálogos, tal vez difíciles, para llevar a una transformación social . Es también un espacio abierto al público, la misma comunidad del barrio puede hacer trabajo comunitario para el uso del espacio, pueden venir a presentar sus obras artísticas, conservatorios y diálogos frente a la política. La Chispa nace en 2016 y abrimos la casa en 2017, que está dentro del contexto de los acuerdos de paz con las FARC. La idea es pensar cómo vamos a llevar estas líneas transversales a la vida cotidiana a la ciudad de Medellín y mantener un espacio donde siempre vamos a estar. En el tiempo que llevo acá (10 años), muchas veces los colectivos están en espacios arrendados o sin espacio, moviéndose y tratan de construir redes, tener espacios para dialogar, que históricamente ha sido muy difícil acá, especialmente frente a estos asuntos. Poder hablar de la guerra, no se hace en cualquier lugar.

🔴 Este edificio se encuentra en un barrio histórico de Medellín, con mucha historia. ¿Por qué decidieron establecerse en este lugar particularmente?

La casa en sí, llama la atención, es de patrimonio arquitectónico de la ciudad y del barrio y Prado-centro es donde nació toda la ciudad de Medellín. Es un lugar que históricamente es importante para la ciudad, pero también en este momento es un acto político de abrir una casa que antes era solo para una familia muy rica, pero que se mantiene todavía como una casa. En el barrio, muchas de estas casas son de instituciones, entonces han tumbado lo que es arquitectónicamente relevante de la casa o lo han transformado de una manera tenaz, una clínica, un albergue… que no refleja la historia del espacio, ya no es en el mismo contexto de lo que es y era el barrio. Prado es también importante frente a su movimiento cultural en la ciudad. Al llegar acá, llegamos también a una red de personas, colectivos, instituciones en el barrio que también trabajan en artes y cultura. Desde que empezamos, hicimos parte de la mesa cultural de Prado y tratamos de hacer red, aunque todos los espacios tienen sus quehaceres que son distintos, pero por habitar el mismo territorio, es un enfoque sobre un espacio patrimonial de la ciudad: como lo vamos a habitar, quienes son los artistas, cuáles son las propuestas políticas que hay, en esta parte de la ciudad tan importante históricamente y también hoy. Cómo vamos a recuperar un sentido político comunitario al barrio de Prado-centro.

🔴  ¿Cómo se relacionaron con las personas viviendo en El Barrio Prado y como su oferta cultural fue recibida aquí?

Creo que ha sido un proceso lento. Quizás por lo que decíamos en la anterior pregunta, de pronto no es lo más común (aunque viene siéndolo con el tiempo), hace 5 años tal vez no eran tantos los espacios culturales en el barrio, o unos pero son muy distantes. Creo que el barrio mismo apenas va acoplándose a esas dinámicas: tener acceso a una casa que antes era de una familia rica. Estos lugares son vistos como más inasequibles. Creo que hemos intentado desde el principio repartiendo volantes por todo el barrio, íbamos a los edificios, a las casas invitando mucho a la gente. Está pensado como un espacio para la ciudad pero con muchas ganas de que el barrio sienta que es también una casa para ellos. Unas de las estrategias principales ha sido que la casa esté con las puertas abiertas y que se pueda habitar de venir aquí a parchar, leer, conversar, habitar al barrio de una manera recreativa, cultural y artística. Queremos mantener siempre el equilibrio entre los eventos con un valor, pero también eventos con aporte voluntario, para que precisamente Prado, que está habitado por personas de tan distintos estratos puedan acceder a la casa. Tal vez la cogida del barrio ha sido más lenta de lo que pensamos, pero creo que nos mantenemos con algunas familias muy cercanas que vienen muy seguido. Extrañamente pero hermosamente, cada vez más gente del barrio se da cuenta, incluso después de 5 años que estamos aquí, entonces sigue como algo en construcción.

También, la “mesa cultural de Prado” (asociación de las entidades culturales del barrio Prado) es del barrio y son muchas las entidades con que hemos estado trabajando todo este tiempo. Hay que reconocer que llevamos 2 años de pandemia, entonces arrancamos el proyecto y cerramos 2 años completos. Muchos actores culturales, políticos, sociales del barrio Prado, cerraron sus puertas definitivamente entre 2020 y 2022. Entonces estamos en el mismo sitio, pero hay un cambio gigante entre las entidades que están alrededor entre los que todavía están y los que no. Siento que cada año han habido transformaciones tal vez más grandes que en otros momentos de la historia que ha vivido Colombia entre 2016 y 2022, que son muchas cosas muy fuertes. También, por donde estamos ubicados, cogemos mucho del barrio Boston, porque aquí estamos justo en los límites. Entonces, hay gente que vive a cuatro cuadras hacia Prado o Boston y que no han conocido la casa, pasan todos los días sin saber que pueden entrar, y es toda una manera de poder pensar cómo hacer que la gente pueda entrar.

🔴 La Chispa tiene una variedad de actividades impresionante (teatro, conciertos, conferencias, café-restaurante….), pero ¿cuál es la que más les representa?

Como las líneas son transversales, no hay una actividad que nos represente, sino es más esta línea transversal de la educación cultural y la enseñanza. Estamos siempre en diálogo frente a todo lo que nos rodea. Por ejemplo, la cocina hace parte de la cultura, como estamos cocinando, de donde viene que es la idea de campo-ciudad. Pero también con la poesía viene el arte. No es por actividad, sino por la visión en enseñanza político-social de la casa. Cada cosa que vemos en la agenda cultural se puede ir tejiendo entre ellos para crear un diálogo de transformación.

Lo que más nos representa es este aspecto pedagógico en cualquier cosa que hagamos en La Chispa.

🔴 Tengo entendido que la Chispa está muy abierta al mundo y que tiene un programa de voluntariado internacional, ¿me puedes contar un poco más acerca de esto?

Tenemos 3 maneras diferentes para la gente que viene del internacional para conectarse a la casa. Una es desde una plataforma que se llama Worldpackers, que consiste en un intercambio de trabajo para beneficiar de la estadía y la comida. La gente que quiere hacer un intercambio y quedarse acá aplican por esta plataforma. También tenemos un programa de voluntariado, para gente que viene hasta la ciudad, que sea nacional o internacional y que quieren dar horas, dependiendo de lo que saben hacer y nos pueden hacer sus propias propuestas. Por ejemplo, una persona comunicadora nos puede decir que quiere trabajar 5 horas por semana, y organizamos con el equipo este tipo de intercambio. Tenemos también un programa de artistas internacionales en residencia. Este es un programa pago, donde las personas que vienen se quedan entre 1 y 4 meses, y ellos también aplican desde una aplicación para ser artistas en residencia. Pueden ser de varios países, trabajando, investigando algo que esté relacionado con nuestras 3 líneas transversales. Hay unos que son artistas plásticos, otros novelistas, músicos. Se quedan un tiempo específico en la casa y esta persona decide si quiere entregar un proyecto en la galería, hacer una charla, o no. Hay unos que vienen en la Chispa, trabajan en su proyecto, en su novela y no quieren que le hablen (se ríe). Pero en general, la gente que viene en residencia está interesada en habitar el espacio y poder aprovecharlo.

🔴 Al contrario de la apertura internacional que tienen, uno de los proyectos de la Chispa es promover las relaciones entre el campo y la ciudad. ¿Ustedes piensan que es posible  estar ubicado y presente localmente, teniendo una programación internacional?

Si, porque realmente las líneas transversales que tenemos son líneas que se trabajan en todo el mundo. Obviamente el contexto cambia, pero hablar de campo-ciudad en todo el mundo es una conversación vigente frente a la naturaleza, al monocultivo, la industria y esto no es solo en Colombia. Nos enfocamos en este territorio porque lo estamos habitando, pero una casa cultural en Francia puede trabajar los mismos temas, o temas de migraciones por ejemplo, pero también en un contexto local. Tenemos que tener el contexto local muy en cuenta en lo que hacemos porque es una casa comunitaria. Tenemos que ver cómo podemos crear alianzas con gente de todo el mundo, que están trabajando en los mismos asuntos políticos (paz y resolución de conflicto, agroecología), que no se trabajan solamente en Colombia. Obviamente el arte y la cultural tienen sus lados muy locales pero también internacionales, de la humanidad en general, frente a cómo se construye el día a día…

Creo que también es como propiciamos y proponemos en cuanto a la alternativa que es esta casa. Si la gente viene de otros lugares, no es para venir a turistear, venir a la ciudad desde los lugares que el turismo pone, sino desde contextos más reales (que puede ser una palabra muy atrevida), más cercanos a la realidad del barrio, de la ciudad y del país. Es como nos reflejamos con estas personas que llegan también, compartimos hallazgos, rutas, hacemos comparaciones. La idea es abrir esta casa para conocer la ciudad más realistamente.

🔴 Este nombre, la Chispa, tiene un significado importante, porque todo puede empezar desde una chispa. ¿Cuál sería el propósito de este espacio cultural?

Creo que se conecta muchísimo con la primera pregunta, y aunque no estaba en la elección del nombre, creo que es esto en muy resumidas cuentas. Cualquier persona que llega, cualquier proceso, puede encontrar aquí una chispita o un chispazo para prender ese fuego o mantenerlo prendido si ya lo está. Estamos acá poniendo unos sueños colectivos y personales como chispa, pero también como estamos siendo chispa para los sueños y proyectos de otra gente.

🔴 La Chispa es un espacio cultural considerado como alternativo por su manera diferente de llevar la cultura hacia su público. ¿Cuál es, para ustedes la definición de un lugar alternativo?

Creo que una de las principales cosas es esta intención tan fuerte que se abra un espacio de diálogo seguro en lo cual se puede hablar en confianza. Esto hace parte fuertemente de cómo La Chispa está pensado como un lugar alternativo. Hablando de manera más general, creo que la ciudad es muy diversa y Medellín lo es cada vez más, pero hay ciertos monopolios, ciertas propuestas de agenda programadas que están muy enfocadas en ciertas cosas muy de la mano de lo que el sistema y la sociedad propone, en donde quiere que la gente se esté movilizando. Nosotros buscamos ser alternativos en esto, con qué música habitamos la casa, alternativa a la propuesta que podemos tener en la ciudad. Con qué reflexiones, con que talleres, espacios, comida y de donde viene. A partir de una convicciones, como equipo nos hemos y nos estamos pensando, como nos soñamos la vida y cómo podemos poner estas alternativas de vida al servicio y la apertura de la ciudad.

Algo muy especial del espacio es que está habitado por gente muy diversa y esto se siente en las actividades. Esto implica que un día podemos tener una feria anarquista de fanzines y el otro un laboratorio de músicas tradicionales, una clase de teatro yoga… Estas personas vienen a lo que los convoca para hacer, pero vuelven al espacio después con sus amigos o con otra gente y estas poblaciones empiezan a encontrarse en el espacio aunque a veces nos es para venir en un evento específico. Queremos un espacio donde se pueda encontrar con gente distinta, obviamente tener una propuesta de arte muy política para que la gente pueda salir de este espacio y que se note un cambio y que lleve a la gente a reflexionar mínimamente. Creo que es esto lo que hace de La Chispa un espacio diferente frente a las otras propuestas culturales y de arte de la ciudad

🔴 Como lugar alternativo y con un café en autogestión como es el proceso de la toma de decisiones?

La Chispa tiene una Junta Directiva que está compuesta de gente del mismo equipo de trabajo, de voluntarios que son recomendados para participar a la Junta. Cada año hacemos una renovación de la Junta, que es tanto los voluntarios como el equipo de trabajo  que son los que toman las decisiones frente a cómo queremos avanzar. Como es el mismo equipo, que nos vemos todos los días y nos vemos sobre la marcha, tratamos de tomar las decisiones muy contundentes cuatro veces al año, y si hay un gran cambio, proponernos hacerlo en un tiempo específico. Luego, semana a semana tomamos las decisiones que son más de logística en reuniones de equipo.

Si, el proceso de toma decisiones siempre es colectivo donde proponemos ideas y luego las discutimos. En lo cultural, hay una personas que son encargadas de la agenda como tal, aunque le puede llegar una propuesta a cualquier persona del equipo. Por otro lado, tenemos que pensar a cuáles espacios vamos a proponer colaboraciones, estamos muy pendiente de lo que pasa en la ciudad, como vamos a abrir espacio para cualquier propuesta que se conecta con nuestros valores y que queremos visibilizar en la casa. Siempre estamos abiertos a las propuestas que nos lleguen. Hay un formulario en el sitio web (https://lachispa.co/es/propuesta-comunitaria/) donde cualquier persona o instituciones pueden llenar y hacer una propuesta comunitaria para el uso del espacio. Es de ahí que nos llegan las propuestas externas. También, ya que llevamos varios años, tenemos unos eventos mensuales que son fijos (La Chispa en la garganta que es de cantautores, los Salsábados, la Vecias que hablan de las otras regiones del país que no son de Antioquia o de Medellín, talleres sobre violencia de género y también toda nuestra oferta pedagógica).

🔴 ¿Cuáles son los objetivos de esta casa cultural y cuáles son las siguientes etapas para el futuro?

    Me lleva a pensar en dos caminos. Si lo pienso de más cerca, creo que si bien pasan muchas cosas en el espacio, hay unos frentes que tienen cierta fuerza que son Canto vivos (proyecto musical, conectado con lo pedagógico y lo creativo), el programa de Artes integradas, las residencia y el café. Ahí creo que cada uno tiene unas fases pensadas, por ejemplo con Canto vivo ya grabamos dos discos y estamos pensando en grabar un tercer disco, ver como nos podemos expandir un poco más, viajar, dar a conocer estos tres discos. Con el programa de Artes integradas, viene la segunda fase. La primera fue la prueba piloto y estamos en la planeación de una segunda fase. Con las residencias artísticas, vienen un par de artistas muy interesantes y queremos seguir dando a conocer más la casa en este sentido. Con el Café El Arrebato, justo estamos en la transformación de cambio y consolidación del menú, de cómo seguimos fortaleciendo quienes son los productores, producir comida sana para nosotros y el medio-ambiente, queremos pensar la alimentación como un acto político. Esto nos lleva al otro, más que las otras etapas, La Chispa está en un punto donde tiene muy claro en este momento cuales son los proyectos que ya tienen fuerza y como vamos a darle más fuerza a los otros proyectos que lo necesitan, para que podamos entrar en una etapa tal vez más constante, económicamente más viable para la casa pero también para el equipo.

    Siempre un espacio de intercambio como este necesita más gente de manos de apoyo, pero también en participante en los eventos, conciertos, clases, talleres.. El espacio es genial y la programación también y hay mucha gente que vive cerca y que no sabe que estamos aquí y lo que estamos haciendo, que también les gustaría hacer sus propuestas y habitar el espacio. A los 5 años, a mi me sorprende que todavía llegue gente de cerca que no conoce la casa porque nosotros hemos estado acá todos los días por este tiempo. Aquí es como un oasis de la ciudad, y lo que está pasando acá no pasa a cinco cuadras o otros espacios y nos parece muy importante que la gente pueda apoderarse del lugar y conocer todo lo que estamos haciendo.

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